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lunes, 11 de noviembre de 2013

Sintomatología y detección de la Enfermedad Celiaca

  Sintomatología y detección de la Enfermedad Celiaca

Se estima que la enfermedad celiaca afecta a un 1% de nuestra población siendo todavía una patología considerablemente sub-diagnosticada. Tal situación se debe en parte a la desinformación, tratando alguna de sus expresiones como si fuera otra patología, sin descubrir el verdadero origen de la misma y en parte a la ausencia de síntomas en muchas personas que la padecen, dificultando de este modo su detección precoz.
Es un trastorno que aparece en personas genéticamente predispuestas, en cualquier etapa vital. Si bien su detección es más frecuente en la infancia producto de una sintomatología  más específica, en países desarrollados se detectan cada vez más casos dentro de la población adulta.
Para que se desarrolle la enfermedad es preciso, además de la predisposición genética, un factor ambiental que actúe como desencadenante: la incorporación en la alimentación de productos o harinas que contengan gluten (trigo, avena, cebada, centeno), el padecimiento de infecciones virales o no, situaciones de stress físico o emocional. En el caso de las mujeres, el parto podría actuar de desencadenante, como así  también en mujeres  y hombres cualquier intervención quirúrgica abdominal.
Es una enfermedad de origen genético pero no hereditaria. Sin embargo, el hecho de que una persona sufra la enfermedad hace que aumenten las probabilidades de que sus familiares la padezcan, en comparación a la población general.
Existe además asociación con otras enfermedades genéticas y autoinmunes. Tal es el caso del Síndrome de Down, Enfermedad de Addison, Síndrome de Sjögren (ojo seco), Síndrome de Turner, Alopecía Areata, Diabetes I, Enfermedad Tiroidea, Psoriasis, Vitiligo, Artritis Reumatoidea, entre otras.
Este trastorno es más común en personas de raza blanca y de origen indo europeo, si bien al momento la mayor prevalencia se ha encontrado entre el pueblo saharaui, cerca de Argelia (5% de la población total).
Asimismo, las mujeres resultan afectadas con mayor frecuencia que los hombres. De cualquier modo nada de esto es determinante pero tampoco estamos exentos de padecerla en el caso de no formar parte de estos grupos poblacionales.
Es mi intención en esta oportunidad referirme a la sintomatología que nos servirá para alertar sobre la posibilidad de encontrarnos frente a un caso de celiaquía, en aquellos pacientes sintomáticos.
Los síntomas pueden variar de una persona a otra, lo que dificulta aún más el diagnóstico. Algunos individuos presentarán síntomas gastrointestinales, en tanto otros tendrán manifestaciones “atípicas”, aunque este término parece estar quedando obsoleto al encontrar cada vez más casos de pacientes con este tipo de manifestaciones extra intestinales.
Las manifestaciones también serán diferentes  a lo largo de la vida. En la población infantil suele presentarse diarrea crónica pero también pueden sufrir estreñimiento, deposiciones muy olorosas producto de la presencia de grasas, náuseas o vómitos, distensión abdominal, defectos en el esmalte dental y cambio de color en los dientes, falta de masa muscular, escasa ganancia o incluso pérdida de peso, retraso del crecimiento, escasa estatura inexplicable, descalcificación, inapetencia, hiperactividad, irritabilidad y llanto fácil, es un niño al que se lo definirá como caprichoso e irascible.
En adolescentes se presentará frecuentemente dolor abdominal, falta de ánimo, dificultad de concentración, rechazo a la actividad deportiva y retraso en la aparición de la menarca en el caso de las niñas.
Las manifestaciones en adultos podrán ser: diarreas o estreñimiento, fracturas espontáneas, anemia persistente (no mejora o mejora poco con medicación), dermatitis herpetiforme, desnutrición, abortos espontáneos o impotencia, infertilidad, dolor abdominal recurrente, etc.
A modo de resumen podemos decir entonces que dentro de la sintomatología gastrointestinal más frecuente, asociada a la EC encontraremos:
  • Dolor y distención abdominal
  •  Flatulencia (gases)
  •  Alteraciones en el ritmo evacuatorio (estreñimiento o diarrea)
  •  Alteraciones del apetito (disminución o aumento)
  • Intolerancia a la lactosa, que suele desaparecer al poco tiempo de realizar una dieta libre de gluten (DLG)
  • Náuseas y/o vómitos
  • Esteatorrea (presencia de grasas en las heces)
  • Pérdida de peso inexplicable (por mala absorción de nutrientes). Si bien también puede cursar con peso normal o aumentado.
 
Otros síntomas frecuentes son:
  • Propensión a la formación de hematomas
  • Trastornos de la conducta (depresión o ansiedad,  disminución de la concentración)
  •  Fatiga
  • Caída del pelo
  • Ausencia de períodos menstruales y menarca tardía
  • Aftas bucales recurrentes
  • Sangrado nasal
  • Convulsiones
  • Hormigueo en manos o pies
  • Aumento del riesgo de desarrollar linfoma de células T
  • Infertilidad
  • Abortos a repetición
 
Además, producto del síndrome de mala absorción generalizado en los celíacos que no siguen una dieta Libre de Gluten (DLG), podrán presentar:
  • Osteopenia, osteoporosis por carencia de calcio y vitamina D
  • Anemia por carencia de hierro y vitamina B12
  • Calambres musculares por falta de calcio.
  • Hinchazón de piernas y cara, producto del edema a causa de la falta de proteínas en sangre.
Existen varias enfermedades que se asocian a la EC tales como: diabetes mellitus Tipo 1, dermatitis herpetiforme, tiroiditis autoinmune, deficiencia de Ig A, gastritis atrófica, síndrome de Down,  epilepsia, hepatitis autoinmune, alopecía areata, entre otras. Asimismo aumenta la probabilidad de sufrir linfomas si no se cumple la dieta libre de gluten.
Estudios recientes permiten asegurar que en los celíacos aumenta la posibilidad de padecer hipotiroidismo, hipertiroidismo y tiroiditis.
La finalidad de esta nota es alertar a quien pueda presentar alguno de estos síntomas que se asocian con EC y realice la consulta a un médico especializado en el tema, sin modificar previamente la alimentación para que los estudios de diagnóstico no se vean alterados, producto de la DLG y arrojen resultados falsamente negativos.
No son pocos los casos de pacientes que deambulan varios años  y son tratados por diversos motivos, antes de dar con un profesional que indique los estudios correspondientes para descartar o confirmar la celiaquía.
No me cabe duda que de indicar las pruebas de diagnóstico a toda persona que padece alguno de los síntomas que fui citando anteriormente, como así también a parientes en primer y segundo grado de celíacos ya diagnosticados, aumentaría considerablemente el número de celíacos , mejorando  su condición de vida al llevar entonces una DLG.
El diagnóstico de la enfermedad normalmente se establece realizando un examen de sangre y una biopsia intestinal que no reviste ningún riesgo. En algunos casos, se realizan también  pruebas genéticas.
No se trata entonces de adoptar una postura hipocondríaca, como tampoco una conducta de negación frente a las situaciones previamente descriptas.
Es mi intención evitar que un paciente celíaco, por no tratarse adecuadamente y lo antes posible, padezca alguna de las complicaciones graves que suceden cuando no se elimina por completo el gluten de su alimentación.
Quiera Dios que esta nota sirva para tomar conciencia de la envergadura de la situación frente a la que nos encontramos como sociedad y que tenemos en nuestras manos mejorar si le prestamos la debida atención.
 
Maria Cristina Alonso
Asesora Asociación Celiaca  Argentina

Puericultora UNSAM
Disponible en: http://www.meamomecuido.com

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