Sintomatología y detección de la Enfermedad Celiaca
Se estima que la enfermedad celiaca
afecta a un 1% de nuestra población siendo todavía una patología
considerablemente sub-diagnosticada. Tal situación se debe en parte a la
desinformación, tratando alguna de sus expresiones como si fuera otra
patología, sin descubrir el verdadero origen de la misma y en parte a la
ausencia de síntomas en muchas personas que la padecen, dificultando de
este modo su detección precoz.
Es un trastorno que aparece en personas
genéticamente predispuestas, en cualquier etapa vital. Si bien su
detección es más frecuente en la infancia producto de una
sintomatología más específica, en países desarrollados se detectan cada
vez más casos dentro de la población adulta.
Para que se desarrolle la enfermedad es
preciso, además de la predisposición genética, un factor ambiental que
actúe como desencadenante: la incorporación en la alimentación de
productos o harinas que contengan gluten (trigo, avena, cebada,
centeno), el padecimiento de infecciones virales o no, situaciones de
stress físico o emocional. En el caso de las mujeres, el parto podría
actuar de desencadenante, como así también en mujeres y hombres
cualquier intervención quirúrgica abdominal.
Es una enfermedad de origen genético pero
no hereditaria. Sin embargo, el hecho de que una persona sufra la
enfermedad hace que aumenten las probabilidades de que sus familiares la
padezcan, en comparación a la población general.
Existe
además asociación con otras enfermedades genéticas y autoinmunes. Tal
es el caso del Síndrome de Down, Enfermedad de Addison, Síndrome de
Sjögren (ojo seco), Síndrome de Turner, Alopecía Areata, Diabetes I,
Enfermedad Tiroidea, Psoriasis, Vitiligo, Artritis Reumatoidea, entre
otras.
Este trastorno es más común en personas
de raza blanca y de origen indo europeo, si bien al momento la mayor
prevalencia se ha encontrado entre el pueblo saharaui, cerca de Argelia
(5% de la población total).
Asimismo, las mujeres resultan afectadas
con mayor frecuencia que los hombres. De cualquier modo nada de esto es
determinante pero tampoco estamos exentos de padecerla en el caso de no
formar parte de estos grupos poblacionales.
Es mi intención en esta oportunidad
referirme a la sintomatología que nos servirá para alertar sobre la
posibilidad de encontrarnos frente a un caso de celiaquía, en aquellos
pacientes sintomáticos.
Los síntomas pueden variar de una persona
a otra, lo que dificulta aún más el diagnóstico. Algunos individuos
presentarán síntomas gastrointestinales, en tanto otros tendrán
manifestaciones “atípicas”, aunque este término parece estar quedando
obsoleto al encontrar cada vez más casos de pacientes con este tipo de
manifestaciones extra intestinales.
Las manifestaciones también serán
diferentes a lo largo de la vida. En la población infantil suele
presentarse diarrea crónica pero también pueden sufrir estreñimiento,
deposiciones muy olorosas producto de la presencia de grasas, náuseas o
vómitos, distensión abdominal, defectos en el esmalte dental y cambio de
color en los dientes, falta de masa muscular, escasa ganancia o incluso
pérdida de peso, retraso del crecimiento, escasa estatura inexplicable,
descalcificación, inapetencia, hiperactividad, irritabilidad y llanto
fácil, es un niño al que se lo definirá como caprichoso e irascible.
En adolescentes se presentará
frecuentemente dolor abdominal, falta de ánimo, dificultad de
concentración, rechazo a la actividad deportiva y retraso en la
aparición de la menarca en el caso de las niñas.
Las manifestaciones en adultos podrán
ser: diarreas o estreñimiento, fracturas espontáneas, anemia persistente
(no mejora o mejora poco con medicación), dermatitis herpetiforme,
desnutrición, abortos espontáneos o impotencia, infertilidad, dolor
abdominal recurrente, etc.
A modo de resumen podemos decir
entonces que dentro de la sintomatología gastrointestinal más frecuente,
asociada a la EC encontraremos:
- Dolor y distención abdominal
- Flatulencia (gases)
- Alteraciones en el ritmo evacuatorio (estreñimiento o diarrea)
- Alteraciones del apetito (disminución o aumento)
- Intolerancia a la lactosa, que suele desaparecer al poco tiempo de realizar una dieta libre de gluten (DLG)
- Náuseas y/o vómitos
- Esteatorrea (presencia de grasas en las heces)
- Pérdida de peso inexplicable (por mala absorción de nutrientes). Si bien también puede cursar con peso normal o aumentado.
Otros síntomas frecuentes son:
- Propensión a la formación de hematomas
- Trastornos de la conducta (depresión o ansiedad, disminución de la concentración)
- Fatiga
- Caída del pelo
- Ausencia de períodos menstruales y menarca tardía
- Aftas bucales recurrentes
- Sangrado nasal
- Convulsiones
- Hormigueo en manos o pies
- Aumento del riesgo de desarrollar linfoma de células T
- Infertilidad
- Abortos a repetición
Además, producto del síndrome de
mala absorción generalizado en los celíacos que no siguen una dieta
Libre de Gluten (DLG), podrán presentar:
- Osteopenia, osteoporosis por carencia de calcio y vitamina D
- Anemia por carencia de hierro y vitamina B12
- Calambres musculares por falta de calcio.
- Hinchazón de piernas y cara, producto del edema a causa de la falta de proteínas en sangre.
Existen varias enfermedades que se
asocian a la EC tales como: diabetes mellitus Tipo 1, dermatitis
herpetiforme, tiroiditis autoinmune, deficiencia de Ig A, gastritis
atrófica, síndrome de Down, epilepsia, hepatitis autoinmune, alopecía
areata, entre otras. Asimismo aumenta la probabilidad de sufrir linfomas
si no se cumple la dieta libre de gluten.
Estudios recientes permiten asegurar que
en los celíacos aumenta la posibilidad de padecer hipotiroidismo,
hipertiroidismo y tiroiditis.
La finalidad de esta nota es alertar a
quien pueda presentar alguno de estos síntomas que se asocian con EC y
realice la consulta a un médico especializado en el tema, sin modificar
previamente la alimentación para que los estudios de diagnóstico no se
vean alterados, producto de la DLG y arrojen resultados falsamente
negativos.
No son pocos los casos de pacientes que
deambulan varios años y son tratados por diversos motivos, antes de dar
con un profesional que indique los estudios correspondientes para
descartar o confirmar la celiaquía.
No me cabe duda que de indicar las
pruebas de diagnóstico a toda persona que padece alguno de los síntomas
que fui citando anteriormente, como así también a parientes en primer y
segundo grado de celíacos ya diagnosticados, aumentaría
considerablemente el número de celíacos , mejorando su condición de
vida al llevar entonces una DLG.
El diagnóstico de la enfermedad
normalmente se establece realizando un examen de sangre y una biopsia
intestinal que no reviste ningún riesgo. En algunos casos, se realizan
también pruebas genéticas.
No se trata entonces de adoptar una
postura hipocondríaca, como tampoco una conducta de negación frente a
las situaciones previamente descriptas.
Es mi intención evitar que un paciente
celíaco, por no tratarse adecuadamente y lo antes posible, padezca
alguna de las complicaciones graves que suceden cuando no se elimina por
completo el gluten de su alimentación.
Quiera Dios que esta nota sirva para
tomar conciencia de la envergadura de la situación frente a la que nos
encontramos como sociedad y que tenemos en nuestras manos mejorar si le
prestamos la debida atención.
Asesora Asociación Celiaca Argentina
Puericultora UNSAM
Disponible en: http://www.meamomecuido.com
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