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martes, 14 de enero de 2014

Alimentos que ayudan a dejar de fumar

Un estudio afirma que ciertos alimentos empeoran el sabor de los cigarrillos, mientras que otros lo realzan



La obsesión por engordar cuando se quiere dejar de fumar supone a menudo el abandono del intento. Sin embargo, un reciente estudio ha demostrado que una alimentación saludable puede no solo minimizar este aumento de peso al ser más saludable, sino que también puede facilitar el dejar de fumar.

Según la Universidad Duke de Carolina del Norte (EEUU), que ha llevado a cabo la investigación, hay alimentos que empeoran el sabor del cigarrillo, como las frutas, las hortalizas ola leche, el yogur y los quesos. Por el contrario, consumir abundante carne, alcohol o café produce el efecto contrario, ya que realza su sabor, haciendo más atractivo el consumo de tabaco. El estudio demuestra, pues, que el consumo de tabaco parece estar reforzado por el consumo habitual de ciertos alimentos que potencian su sabor.

Liderado por el Doctor Joseph McClernon, profesor asistente en el departamento de psiquiatría y ciencias del comportamiento del Centro Médico de la Universidad de Duke en Durham, en el estudio se ha analizado el comportamiento de 209 fumadores, a los que se les ha preguntado sobre los alimentos que hacen empeorar o realzar el sabor del tabaco. La leche los quesos,  yogur y  las bebidas sin cafeína (agua o zumos), las frutas y los vegetales fueron los alimentos que reiteradamente se nombraron como protagonistas del empeoramiento del sabor de los cigarrillos, un 19%, un 14% y un 16% respectivamente. El 44% de los participantes afirmaron que las bebidas alcohólicas realzan su sabor, y el 45% las bebidas con cafeína (té, bebida de cola o café). El 11% nombró a la carne.

La comida se convierte, tras el estudio, en una aliada para quien desea dejar de fumar, y no en una excusa para no hacerlo. Si, finalmente, se combina con una terapia de sustitución de la nicotina y con ejercicio continuado, dejar de fumar no debería ser, al fin, un proceso tan difícil de conseguir.
Una vez pasadas las primeras tres o seis semanas se podría retomar progresivamente el consumo moderado de los productos que realzan el sabor del cigarrillo, aunque en cantidades moderadas.
Los autores de la investigación reivindican ser los primeros en relacionar la alteración en la palatabilidad de los cigarrillos con las comidas y las bebidas, y afirman que el estudio abre nuevas puertas comerciales y de marketing para ciertos productos. El director del estudio, McClernon, reconoció que, sin embargo, es necesario investigar más para determinar exactamente qué alimentos afectan el sabor del cigarrillo y si alterar la dieta podría mejorar el éxito de dejar de fumar.


Autores: F. Joseph McClernon, Eric C. Westman, Jed E. Rose, and Avery M. Lutz. “The Effects of Foods, Beverages, and Other Factors on Cigarette Palatability”- Nicotine & Tobacco Research - Año 2007
Fuente: Plan Argentina Saludable. Ministerio de Salud de la Nación
Disponible en: http://ht.ly/sjyUm

miércoles, 8 de enero de 2014

¿Los refrescos engordan? Depende de quien pague el estudio

 NUTRICIÓN Investigación española

Varias latas de refrescos abiertas.


Cuando se habla de conflictos de intereses en el ámbito científico, la industria tabaquera y las compañías farmacéuticas son las primeras a las que se señala con el dedo. Numerosos escándalos han sacado a la luz las estrategias que ambos sectores han utilizado durante décadas para influir en la investigación o, directamente, esconder unos resultados poco favorables para sus negocios.
Pero el tabaco y los fármacos no son los únicos que han querido posar sus tentáculos sobre la ciencia. También la industria alimentaria podría haber movido sus fichas, tal y como sugiere una investigación realizada en la Universidad de Navarra.
Según este trabajo, publicado en 'PLoS Medicine', las conclusiones de las revisiones que han analizado la relación entre el consumo de bebidas azucaradas y la ganancia de peso varían radicalmente en función de si han sido financiados o no por compañías del sector.
"Hemos visto que es cinco veces más probable que las revisiones sistemáticas donde sus autores reconocen la existencia de un potencial conflicto de interés económico determinen que la relación entre el consumo de refrescos y la ganancia de peso es inconcluyente", explica a EL MUNDO Maira Bes, profesora del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra y principal firmante de la investigación.

La investigación

El equipo de Bes rastreó la literatura científica hasta identificar 17 trabajos que, previamente, habían analizado la asociación entre bebidas azucaradas y obesidad. En seis de ellos, los autores habían reconocido tener lazos con la industria de la bebida o haber recibido financiación para el estudio por empresas del sector. Los otros 11, en cambio, habían señalado no tener ningún tipo de conflicto de interés.
Tras realizar un análisis independiente de los resultados de todos los trabajos seleccionados, el equipo de Bes comprobó grandes disparidades en función de las relaciones con la industria.
Así, mientras que el 83,3% de los estudios que no tenía ninguna relación con la industria concluía que el consumo de refrescos azucarados era un potencial riesgo para la ganancia de peso; prácticamente el mismo porcentaje -el 83%- de los que sí admitían lazos con el sector concluía justo lo contrario: que la evidencia científica era insuficiente para apoyar una asociación positiva entre refrescos y la acumulación de kilos de más.
Estos resultados, señalan los investigadores en la revista médica, "sirven para llamar la atención sobre posibles errores presentes en la evidencia científica que se deriva de la investigación financiada por la industria alimentaria" y dan razones para preocuparse por la interpretación de estos trabajos.
"El trabajo no ha evaluado cuál de las dos interpretaciones es la correcta", recuerda Bes, pero "sí sabemos que los últimos ensayos aleatorios en niños, así como el último estudio que ha evaluado las relaciones entre genes y ambiente en este sentido demuestran una asociación positiva entre consumo de bebidas azucaradas y ganancia de peso", subraya esta especialista, quien hace especial hincapié en que "de la evidencia científica disponible dependen muchas decisiones en las políticas de salud pública".
En sus conclusiones, los científicos remarcan que la comunidad científica "debería hacer un esfuerzo especial para descartar la financiación procedente de partes con intereses particulares, con el objetivo de mantener la credibilidad de la ciencia nutricional y proteger los empeños científicos en este campo".
Este objetivo, aclara Bes, no pretende acabar con la investigación que realiza la industria, sino fijar "unas reglas del juego" que hagan más visibles los posibles conflictos de interés.
"Nuestros resultados confirman la hipótesis de que los autores de algunas revisiones sistemáticas llegan a unas conclusiones consistentes con los intereses de sus esponsors", señala la investigadora en la revista médica. "De forma consciente o inconsciente estos investigadores podrían estar sometidos a una presión", añade la investigadora, quien insiste en que es necesario impulsar la regulación en este sentido, así como mejorar el papel de los editores de las publicaciones que se hacen eco de estos trabajos.
"La industria alimentaria está siguiendo los pasos de la industria farmacéutica o la tabaquera, de los que tenemos tantos ejemplos de influencia", concluye Bes.

Fuente: Diario digital elmundo.es

jueves, 2 de enero de 2014

Una nueva opción para las reducciones de estómago

 CIRUGIA Sin incisiones ni cicatrices

Vea cómo se reduce la pared del estómago a través de un endoscopio flexible. HM HOSPITALES

Se ha probado con éxito en 15 pacientes. La nueva técnica para reducir el estómago, denominada método Apollo, es una promesa para toda aquella persona que necesite recurrir a una ayuda externa para perder peso. El procedimiento evita abrir el abdomen y, con ello, reduce complicaciones y tiempo de ingreso hospitalario.
El equipo de la Unidad de Tratamiento Endoscópico de la Obesidad del Hospital HM Universitario Sanchinarro (HMS) es el primero en el mundo en realizar con éxito 15 intervenciones de este tipo. Se trata de la única alternativa para realizar una gastroplastia en manga sin incisiones, es decir, una reducción del estómago que se realiza por la boca.
Además de este centro, sólo se han llevado a cabo intervenciones en cuatro hospitales de Estados Unidos, como la Clínica Mayo o el Hospital Brigham de Boston, vinculado a la Universidad de Harvard.
"Desde el año pasado hemos estado trabajando con un grupo internacional de médicos para desarrollar este nuevo procedimiento que esperamos que sea un éxito. De este grupo forman parte especialistas de la Clínica Mayo, la Universidad de Harvard, Sao Paulo en Brasil, y otros centros bariátricos punteros", explica el doctor Gontrand López-Nava, director de la unidad del HM Universitario Sanchinarro de Madrid.
Como aclara este especialista, este método es una técnica indicada para pacientes con obesidad desde grado I hasta obesidad mórbida, que permite reducir el peso de forma significativa y muy segura, ya que se raliza por vía endoscópica y evita muchos casos de cirugía abierta. Gracias a este procedimiento, de unos 45 minutos, el tiempo de ingreso se reduce a menos de 24 horas.
"La obesidad es una enfermedad multifactorial que requiere un abordaje terapéutico multidisciplinar para lograr buenos resultados. Por eso, al igual que con todas las técnicas, a los pacientes tratados mediante el método Apollo les hacemos un seguimiento integral después de la intervención con un equipo multidisciplinar que integra especialistas en Nutrición, Educación Física y Psicología", asegura López-Nava.

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